Todo
lo que comienza termina, aferrarse a lo perpetuo es debilidad. La
corriente nos arrastrará hasta el final. Recomenzar da la libertad
para elegir tu verdad en un camino que arrastra sólo melaza.
Todo
termina, nada sigue. Aferrarse a lo perpetuo es debilidad mental. Es
debilidad de espíritu. Es debilidad corporal. No podemos regirnos
por lo intangible, por los sueños. Nuestra mente debe ser veraz. No
guiarnos por gurús metafísicos. No dejarnos llevar por palabras
melosas. No dejarnos engañar por miradas que iluminan nuestro
interior.
Todo
debe acabar y así podremos estar seguro que todo lo que vendrá será
sólo nuestro. Un nuevo comenzar. Omitir palabras de un formato
preexistente que perturban la realidad. La veracidad.
Destruir
todo.
Destruir
todo.
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