04 febrero 2008

los tres primeros

Te odio desde un tiempo considerable,
Desde un tiempo que no se puede calcular,
Por el solo hecho de ser tú.
Te deprecio y no sabes cuanto,
Ni siquiera yo sé la proporción,
Por el solo hecho de que a alguien tengo que odiar.
No te preocupes, no eres tú precisamente,
Tampoco tú si es lo que crees,
Sino que tú,
Por el solo hecho de que los otros no me importan.

No quiero verte, pues me das asco,
Me retuerces las entrañas y no las puedo controlar,
Solo por el hecho de pensar en ti.
Mereces la muerte, muerta lenta,
Muerte dolorosa, muerte pusilánime sin heroísmo,
Solo por el hecho de que eso es lo que mereces.
No te preocupes, tú no existes,
Nada te puede suceder por que tú no eres,
Sino que tú,
Por el solo hecho de que debes pagar.

Repito nuevamente, no eres tú,
No ere quien crees.
Pero una cosa me basta por decir:
Al que le quedé el “saco”,
Que se lo ponga.
Por el solo hecho que la soga al cuello
Nunca será tu salvación.
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