Querida Princesa
Gitana:
Si es que llegas a
leer esto espero que te encuentres bien junto a tus cercanos
adorados. Que el hado sea benevolente con todos, algo que mereces
grácil mujer. No sé en que parte de esta angustiosa y larga faja de
tierra te encuentres, pero donde estés quiero que sepas que te deseo
por siempre lo mejor.
La carretera de
nuestro andar siempre trae consigo accidentes inevitables, obstáculos
o indecisiones del camino a seguir, pero no debemos dejarnos
derrotar, son diablos mentales. Algunos son traviesos, otros son
consejeros, pero tenemos el poder divino en nuestras manos para
someterlos.
Algunas veces me han
atacado, sobre todo en tierras frías, lejanas y tristes. Flaquea mi
entereza, quisiera huir y regocijarme en la mierda: Baños de agua
tibia, comida sana, tranquilidad mental, la tibieza del hogar, la
soledad. Pero no son más que sentimientos vulgares.
Lo único real y por
lo que daría mi vida es dormir y despertar al lado tuyo. Tu aroma,
la dulzura de tu voz, esos ojos que me regalaron miradas tranquilas y
amantes. Todo me lleva ti: Los sueños, la naturaleza circundante,
hasta ciertas comidas… comí algo que mi familia cena en fiestas de
fin de año y me remite a que este comienzo de Enero la pasé junto a
ti. Ya no volverá a ser cómo antes, esta fiesta serás siempre tú
presente.
Permite que fantaseé
con esto, que eres mi conciencia quien me mantiene aquí en pie.
No sé si volverás,
pero me gustaría compartir junto a ti un café o un vino. Una
plática ficticia dentro de esta realidad inventada. Nos hemos
convertido poco a poco en meros instrumentos de placer al
regocijarnos con lo falso, con los excrementos- Será que eso es
neutra existencia, para hundir la raza humana, el justo momento de
nuestra extinción.
Princesa gitana
añoro tu mirada, recordar me da bríos ya que pienso que pese a tu
ausencia, EXISTES, y esa imagen sacra es más potente que todo
remedio para fatal enfermedad.
No sé si esta
palabra la llegues a leer, si es que te hará pensar en este ente
durmiente, pero quiero que sepas que hay un tesoro al final del
arcoiris. Que todo lo que has planeado y querido concluyan
positivamente. Desde el crepitar de nuestras conversaciones mis
deseos son todo bienestar para ti.
Legas muy en lo
profundo, una mujer que amé y que también me amó. Imborrables
susurros nocturnos que jamás me dejarán.
Bajo este cielo que
llora desde el sur, eme despido.