04 mayo 2010

LUNA MENGUANTE

Tarde amanece y el sabor sigue impregnado.
Besos misteriosos, lisonjas secretas,
Amparados por la luna menguante.

Sombras sigilosas,
Interrumpidas por el rumor de las caricias,
De las voces apagadas,
Empapado en el aroma de tu existencia,
Ebrio hasta el olvido,
Para luego Dormir,
Solo dormir al inicio del día.

Ser distintas épocas, eros oscuro,
Para esperar el día finito,
Pronto a la muerte,
Pues al beber tú secreto,
No hay más.

Besos secos, manos sin rastro,
Voces sofocadas en el pensamiento,
Gritadas al oído agudo,
Esculpiendo en la memoria tú encanto,
Sin posibilidad de olvidar aquél momento.

No hay más, no existe algo más
¿Tanto tiempo esperar,
Soñar despierto,
Y que una imperecedera noche
Aplaste el momento?

Palabras al oído, donde solo existen dos
En un universo de millones,
Sintiendo el aliento candente
Antes de llegar al clímax.
Recuerdo desahuciados,
Queriendo volver atrás,
Donde aún no sabía,
Donde aún era el ser pendiente en ti.

Volver atrás,
Volver a repetirlo,
Volver a sumergirme hasta la saciedad,
Palidecer de tanto candor,
Ver tu rostro a media luz,
Tu boca palpitante en la noche agitada,
La noche del primer y último adiós.

La cordura pide continuamente caminar,
Donde sé que iras y te veré partir,
Que la verdad es tan simple,
Que no volverás.

¡Oh, noche criminal!
Vuelve y mátame cuantas veces sea posible,
Ya no quiero volver a despertar.
Deseo oír en silencio tus sueños,
Sentir posible el real futuro,
Marchitando el hoy,
Dando luz al mañana.

Esperar una vida, para verla ir en un soplo,
Es un destino miserable.
Angustia por retroceder un instante,
Volver a aquella noche,
Recordar la luz de luna menguante,
La noche imperecedera,
Oculta en la oscuridad del tiempo,
La noche inexistente,
El cenit conspicuo del ser,
Sintiendo dolor de nada,
El clamor exiguo del estertor.



SUEÑO

La noche,
Nada hace pensar en el despertar.
Sonrisa reluciente,
Las manos entrelazadas
De suave recordar
¿Dónde estas?


N/N
¡Oh, Boca sedienta!
¡Oh, Labios placenteros!
Boca y besos imborrables,
El gozar del cuerpo.
Beber el néctar nocturno,
Tomar tus manos,
Sentir como reposas en ellas.
¡Oh, oscuridad imborrable!
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