19 marzo 2008

Otro reporte anunciado por la radio: la gran nevada, destruye todo lo que se atraviesa a su paso. No me había percatado, creí que la nieve que se precipita sobre la tierra, era solo una invención de mi atormentada percepción. Jamás imagine, genios informados, que lo que a causado tanto estrago a nuestro alrededor, sea una brisa que corre por el rostro inmaculado de la perra virgen.
Confinado al hogar ancestral, la frialdad de la madre tierra es tolerable. Ella esta enojado con nosotros, y no la culpo, es mas, recibo sus castigo con modestia. Si algo sucede, si la avalancha es inminente, no moveré ni un pie de aquí, y no es orgullo, es vergüenza. Vergüenza a despotricar y no prestar ayuda a quien la necesita, dejando morir a los famélicos engendros que se aproximan a mi puerta. Vergüenza por que yo fui uno de los culpables de la situación actual, de la violencia con que responde nuestra madre. Le dejé de lado, le olvidé. Me dejé llevar por mis ambiciones, no comprendí el daño que le hacia, que laceraba con mi arrogancia sendos espacios sobre su relieve maltrecho.
No opongo resistencia al “frío”, le abro las ventanas, las puertas. Apago mi chimenea, le dejo entra a mi mansión y le recibo con un vaso de esconces en las rocas. Charlamos unas horas, nos reímos de varias cosas que sucedieron, cosas que provocaron el deceso actual, pero que el día de hoy nos provocan nauseas de tantos reírnos, nada podemos hacer para detener lo que ya esta hecho.
Me invita a salir para que me despida de lo mío, miro al “frío” fijamente, y me parece reconocer en su rostro el mío: el de la muerte. Hago como que no me doy cuenta, y voy tras ella/él. Afuera el cuerpo se me contrae al instante, pero estoy en compañía poderosa y mágica, así que por ahora no me desplomo, sigo adelante. No logro ver nada hacia delante, una pantalla infinita, que no atraviesa puntos ni curvas, se despliega a sus anchas. No vislumbro el blanco de la nieve, sino que un gris azulado, y a veces con pinceladas indecentes de toques verdes, sospecha de cadáveres por aparecer. El viento cambia su trayectoria inconstantemente, su ritmo es pasajero, gira y gira, provocando que la nieve desgarre mi piel y ya me ha arrancado mis genitales y oídos, dolor horroroso.
La industria esta al final, aun esta intacta, se conserva en pie. El corazón negro que engendré aún abriga, lo siento en el cuerpo, las punzadas de calor extremo me exigen flaquear, pero debo extender mi viaje, entregarme al destino, a efectuar lo que he hilvanado. Tras de mí voy dejando "cuentos" de muertos y a personas que claman mi ayuda, no me ven como el culpable, quizás no me reconocen, siento pena por ellos. Saldrá muy caro el entierro a sus familiares.
Adelanto con un padecimiento satánico en mi pecho. Este quiere salir por mi garganta, revertirme el interior. Resisto el dolor, no me detengo. Al aproximarme mas a la industria, me voy evaporando, mi corazón estaba frío, mi alma congelada, pero, me han perdonado, me voy deshaciendo para unirme con el curso de la supervivencia, el ciclo circular, el ciclo sempiterno. Falta poco para el clímax, puedo resistir algo más, pero ya soy prácticamente nada. El frío insensible se aleja de mi, queda a mi espalda, alcanzo la lucidez… el cantar…espasmos en…ciclo cont…

14 marzo 2008

“Apresura el paso, pero jamás adelantes. Se una persona correcta, nunca mientas sobre tus adelantos. Y, si todo parece acabar, vuelve al principio y reinicia tu camino. Nunca llegues a la meta, por que si lo haces, todo terminará y te convertirás en un patético ser que deambula por la tierra y consume mi oxigeno.

“Al contrincante míralo con recelo, es tu enemigo en la vida y alguna vez tendrás que luchar con él, pero respétalo, pues él es tu hermano, y como tal, de la misma sangre. Si estúpidamente haces brotar la suya, hazte a un lado del camino y cuélgate. No mereces existir si has cometido un crimen en tu familia. Pero, si eres astuto, devórate su corazón y obtendrás su poder, consumirás su alma. En ese caso, sigue adelante.

“Lleva provisiones, pues el camino es largo y la meta se aleja cada vez más. Los que creen verla y alcanzarla, solo ven ilusiones, espejismo. Nuestro fin es alcanzarla, pero nunca llegaremos, primero se pudrirá nuestro cuerpo antes de oler su aroma a fracaso.

“Evita entablar amistad, eso perjudicará tu tarea. Te sacará de la pista el mantener tu mente ocupada en asuntos triviales. Trata de hablar lo menos con los extraños y actuar lo mas para lograr cerrar el ciclo. Nunca pares de avanzar, solo sigue, fíjate en el punto final.

“No hagas casos de las mofas ni de los gravámenes. Todo sucede en esta vida y estaba predestinado a sucederte. Ríete de aquellos que se burlen de ti; ríete con ellos, úneteles. Vivirás siempre rodeado de animales y eso no lo puedes cambiar. Solo sigue caminando.

“Si alguien te hiere, no llores, pues yo te lo advertí. No puedes ser tan débil. Pero míralo por el lado bueno, sacaras una lección inmemorable, que solo tú comprenderás. Será el hado quien hable, pues, cuando vallas solo por la senda, él será tu maestro, y tú, su aprendiz. Si quiere follarte, ponte en posición de perro y disfrútalo sin titubear, pues en la vida todos te harán lo mismo. Hombres y mujeres se aprovecharan de ti, sin tú darte cuenta.

“Habrán muchos guijarros por el camino, los cuales romperán tus calzados, pero tu no podrás detenerte a cambiarlos, ni siquiera podrás dormir. Ese pensamiento de dolor te seguirá por un largo trecho, pero, al final podrás soliviantar esa carga. Para algunos es más fácil que para otros, pero lo importante es comprender el por que sucede, no lo que suceder.

D a 2


Una pareja descansa luego de hacer el amor. Están abrazados, entrelazados el uno al otro, besándose. Él es alguien importante en donde vive, un activista político perseguido por la autoridad y ella es su fiel compañera y seguidora. Son de diferentes estratos sociales, pero creen sentir algo al que llaman amor y eso no se pude romper, aunque existan personas que desean que esa unión se termine.

Luego de una cesión de caricias amatorias y empalagosas palabras, en un estado post-coito, ella decide entablar una conversación, por lo que él la escucha en absoluto silencio.

-Ten cuidado, sabes que van cercando tu camino, que siguen tus pasos. Aunque no hayas cometido ningún crimen, ellos te quieren echar mano.- le dice mientras besa las manos de su amado.

-No te preocupes, si tengo que morir por mis ideales, lo haré. No tengo mas remedio- le responde con un tono de consuelo y le besa la cabeza.

-Sabes que respeto lo que piensas, pero tú no te interesas por los míos. ¿Acaso no sabes que mi miedo por saber que puedes desaparecer, es cada día más fuerte? ¿Qué mi angustia crece cada vez que te vas y no regresas a casa en varios días?-le replica con rabia.

-Tengo una labor que cumplir, ellos creen en mí, no los puedo defraudar. Sabes la respuesta, si tengo que sacrificarme... -no termina la frase, pues ve los ojos enrojecidos de su mujer y le abraza con ternura.-Tú eres lo más importante para mí, y si caigo, lo haré por ti. Tú también tienes los mismos ideales y deberás seguir con nuestra tarea.-

-¡Que diablos!, ¿nunca pensarás en ti siquiera un segundo? Ellos te miran como una especie de dios y te siguen para todas partes y a mí me mantienen alejada. Para los que te siguen seria mejor que yo desapareciera.-

-No hables tonterías, mis amigos son nuestros amigos. Y no me admiran como un dios, sino que yo ungí como líder, pues siempre faltará alguien que este en la cabeza. Pero no es mi movimiento, es el de todos.-
-¿Qué pasará cuando el dictador, ese desgraciado, eche a toda su tropa en tu persecución? ¿Qué pasará?... no sé de que forma relajarme a tu lado... -dice sin esperanzas.

-No pensemos eso, solo vivamos el tiempo que estamos juntos, lo demás, lo que vendrá, dejémoslo para el futuro, mujer.-le besa los labios y ella le responde.

-Esta bien, pero no pidas que olvide, nunca olvidaré, es imposible hacerlo. No controlo a los pensamientos, a los recuerdos, aquellos, llegan solos.-

Guardan silencio y se recuestan el uno junto al otro, se abrazan, se miran, se besan y vuelven a realizar esa cosa tan exquisita e imposible de describir, aquello que en cada momento que dura y con la persona correcta, hace florecer el alma de una forma tan inverosímil que creemos imposible volver a encontrar ese estado casi eterno que dura solo unos minutos. Luego... la calma.

-Te amo, nunca lo olvides. Nuestro amor será eterno, y se transmitirá de generación en generación. Seremos inmortales.- ella le dice al oído y de una forma demasiado coqueta.

-Yo también te amo, pero no creo que se acuerden de nosotros en unos dos mil años, solo seremos dos motas en el tiempo que se las llevará el viento, pero que siempre permanecerán unidas. No busco ser inmortal, ni crear una organización, busco dar esperanzas a mi gente.-

-Buenas noches, Jesús.-

-Buenas noches, Magdalena.-

Entonces, el hijo del hombre, le da un apasionado beso, se da media vuelta, se tira un pedo y se duerme.

NEGRO

Mientras realizamos una posición, que creemos que jamás se a hecho, y disfruto de ese placer deportivo, de forma sorpresiva, y en el peor momento, se me sale un peo de grave sonido y grave olor. Me quedé en blanco esperando respuestas, esperando que ella hiciera algo, que se riera, que me mirara con asco, una reacción…sin embargo, la muy perra solo atino a decir-¡Estamos mal de la guatita!-.

La gran insolente, ni siquiera la conocía y se tomaba atribuciones de amigo entrañable para soltarme aquel comentario sobre un accidente inevitable. Pero, a pesar de mi rabia, le mire a los ojos, y le dije-¿Y tú, no te lavas el hocico?- provocando que rápidamente se cubriera la boca. Me di cuenta de mi error, y trate de rectificarlo, sin saber como, cuando se me ocurre la brillante idea de tirarme otro. Así, yo quedaría mal, pero como buen caballero, le salvaría del bochorno.

Pero ustedes no se imaginan lo que vino después. Se lo trataré de relatar de manera breve, evitando nombrar algunos asuntos demasiado personales y otras insignificancias que no requieren mayor atención.

Se transformó en una situación sin control, sin juez y sin ley. La cosa se degeneró insospechadamente, nunca antes lo habíamos hecho así ninguno de los dos. Un sexo violento, casi sangriento, bestial. Sin mentirles, amigos, nuestra cama, y todos los lugares por los que yacimos se incendiaban de la nada…

Nos dijimos varias frases insultantes, cada vez iba aumentando más el odio, la rabia por el otro. Faltaba poco para golpearnos con ira inusitada, pero, luego pasamos a las frases con tono sexual, pero perdiendo el decoro. De un momento a otro, nuestras lenguas, brazos, sexos y piernas se mezclaron en una maraña donde encontrar el principio o el fin era imposible. Éramos circulares, eternos.

Todo se puso elegante al momento de ponerme en pie sobre la cama. Apunté mi pene a su cabeza y se dio una ducha tibia donde utilizó shampoo y bálsamo, hasta le alcanzó para sacarse el jabón. No dijimos nada, solo continuamos la maniobra, nada nos detuvo, nos convertimos en un torbellino dentro de la habitación, la cual ardía sin control.

En una de esas incursiones, las que duraron 123 horas, ella se montó sobre mi cara y comenzó a defecar. Marcaba su territorio, y yo me comí esa deliciosa compota descompuesta que le salían por el ano, tal como si fuera helado que cae de una máquina. Luego fue mi turno, y ella se lo esparció por su cuerpo, se embadurnó los pechos, las piernas, su concha agridulce, momento en el cual volvimos a retozar como desquiciados, hasta parar por un par de minutos para volver a lo mismo.

No recuerdo bien en que jornada fue donde vino el azotamiento, pero la afición la tengo marcada con una cicatriz que me quedo cuando ella me lanzó le primer golpe. Nos hicimos heridas con un cortaplumas, intercambiamos sangre, sudor y uno que otro secretillo nuestro. Perdí 6 dedos de mi cuerpo y ella 3. Yo la mitad de un testículo y ella un pezón, el que le arranque con mis dientes mientras lograba un orgasmo que jamás olvidará.


No comimos, no dormimos y no bebimos en ese tiempo, ningún artículo de algún mafioso hipermercado. No era necesario salir, levantarse y ver el sol, no. Si yo tenía hambre, se cortaba un pedazo de su cuerpo y me lo daba, también, en cantidades generosas, sus excrementos. Si yo tenía sed, bebía su orina, su sangre o su saliva mal oliente me aliviaba. Si yo quería dormir y mí cuerpo lo requería, ella llegaba y me la empezaba a chupar frenéticamente, de manera que las ganas de un descanso se disipaba y volvíamos a lo mismo, tirar hasta desfallecer.

Pero dicen por allí que todo principio tiene un final, y así fue. Ya no nos excitábamos como al principio, solo era sexo por complacer, no había sentimientos, no había pasión. Su mal olor volvió a mi angustiada nariz, mis defectos la dejaron ciega. La rutina nos colapsó, nos aniquiló sin misericordia y nos destruyó el sueño.

Hicimos algo que pocos han hecho, pero nuevo para nosotros. Con el tiempo se volvió molesto. Sentir nuestros cuerpos me causaba asco, odio y deseos de aplastarle su rostro con mi puño diestro (en masturbarse.) No fuimos mas lo bello del momento. Nos distanciamos. Nos dormimos uno en cada extremo de la cama, y al despertar ya no estaba. Ni siquiera una nota, nada. La pieza estaba hecha polvo, pero, me levanté y la higienicé. Luego me di un baño, bebí una taza de café, encendí un cigarrillo mientras miraba la puerta a la cual le puse miles de seguros para que ella no volviera a entrar. Salí a caminar esa tarde, fui a dar una vuelta a la plaza.

13 marzo 2008

Me ciego ante la realidad, hago caso omiso a las señales que impone el camino. Mantengo mí vista al frente y no percibo nada más. Un paso, otro, chak, chak, chak… caminando sobre la nieve, sobre el pasto, donde mierda sea, pero no mirando el rededor, por que provoca que aborrezca sentirte cerca.

Disfruto de los momentos, del ahora. No pienso en lo que vendrá (nunca más.) Tampoco en el paseo que me trajo hasta aquí, no quiero pensar en ello, solo disfruto y me regocijo. Criar una verdad controladora no es algo que me haga llevar con orgullo mi predica, pero lo hago, no es que mienta, si no que, oculto la verdad.

La discriminación de los sentidos es un acto creado por la mujer, quien impuso uno nuevo. Inevitablemente me gustaría obtenerlo, ser más asertivo, más verídico en mis palabras con mis contactos enfermos. Cierro los ojos y olvido que existe, tomo lo que tengo, lo demás, a la basura

Fuera de mi todo es tan irracional, no tiene una lógica a seguir, se vuelve un pandemonio de lomas refutables, pero que conllevan a una verdad mayor. No quiero saberla, no me digan, dejen que la descubra. Llegar hasta aquí fue un largo proceso, del cual me quiero olvidar para siempre.

Soy un no vidente, la oscuridad llega a mí como metralla explotando en mi pecho. Miserable es el destino sanguinario, ¿es necesario esto? ¿Es una orden imperante hacer sufrir a quien no tiene como defenderse? … y sin mas que hacer, elimine mis sentidos. Se lo recomiendo a cada uno de ustedes…

Me dicen que es lo peor que podría haber hecho, que la auto mutilación no es conveniente en estos días, que es una situación penada por la ley, donde me perseguirán, me condenarán y al final, me fusilarán, les digo a todos, ¿y qué? Mentase en sus asuntos, yo no me meto en los de ustedes, patanes descerebrados.

Si caigo, no arrastrare a nadie hasta el fondo del barril, me iré solo, no quiero que después me condenen, los dejo existir, vivir en paz, entonces, quiero lo mismo. ¡ReSpEtO a Mi PeRsOnA! Es hora, es el momento de que se alejen de mi cabeza, de mis pensamiento, de mis movimientos, dejen de meterse sobre a quien me llevo a la cama, de lo que como, sobre lo que consumo…esos son mis problemas, solo a mi me conciernen…

Ante todo eso, para evitar sanciones dolorosas de la vida, me ciego, me rompo los ojos, me auto inmolo, me tiro en sacrifico para que ustedes no sean pasados a llevar, me crucifico, soy un Mesías. Créanme que si lo hago, les dejarán en paz.

Árbol Blanco.

La escarcha cubre toda la planicie que me sostiene esta noche. Solo sobrevive, en esta loma de gran altura, una marchita higuera, dama errante en este paraje tan solitario. Le pido permiso para recostarme bajo sus ramas crepitantes y cansinas. El viento mece de forma grácil su cuerpo tenue y me concede la petición para entregarme su amor colosal y pronto a morir, después de tanto tiempo sin poder dárselo a quien lo merece.
Al anochecer, cuando las temperaturas descienden de una forma poca bondadosa, la calidez de mi guardiana me procuró un asentamiento libre de Ángeles y demonios. Los fantasmas, que me asecharon toda la noche, se conservaron en la distancia, y no se atrevieron a cruzar el umbral que me rodeaba.
Esa misma noche, tuve un sueño. No un sueño extraño, no de difícil relato. Era algo que era, no se necesita mas rodeo para explicarlo a un oyente pordiosero. Solo es el momento que me hizo comprender aquel temor que tanto me persiguió, pero que, sin embargo, ese miedo se pudo transformar en el más grandioso bienestar experimentado por mis emociones. En el sueño le vi a ella, la de siempre, vestida de blanco, llorando ante sus fieles súbditos, que le vieron secar por dentro. Estaba sentada sobre una gran roca, enclavada eternamente, esperando mí regreso al lecho, a su amor infinito e invariable que el tiempo maldito le arrebató una vez de su lado, pero, que las múltiples peripecias del destino, le hizo regresar. Le reconocí de inmediato, era ella, la de siempre, la que controla lo que yo no quiero, pero que no me subleva el ánimo que así sea, soy suyo en cuerpo y alma. El pasar de los años no lograran vencer eso, nacimos el uno para el otro, no se necesita mas que eso.
El árbol pálido que me recibió, aquel árbol marchito, floreció en ese instante, en el momento en que nuestros cuerpos se unieron y formamos el único ser, recreamos a dios/diosa, día/noche, vida/muerte, la dualidad que rige nuestras vidas, el ying/yang. No quise que el momento se acabara nunca, y ella también lo pretendía así, un amor como el nuestro, que a trascendió la barrera del tiempo, que a reescrito la historia, no caerá tan fácil, aunque muchos intenten derrotarlo, aunque nos quieran ver caer, eso jamás sucederá.
Esa noche, decidí permanecer para siempre con ella. Mi muerte significa vida y permanencia. Somos eternos, indisolubles. Este amor nadie lo matara, no es presa fácil, pero tu lo conseguiste. Esta noche somos uno.
Ayer quise escribir y no pude. Demasiados contratiempos surgieron en un prologando período. En otros tropiezos, la ciencia del sueño invadió mi cuerpo y me introdujo en un mundo donde estoy y no existo.
Me pasé la tarde viendo un sinfín de imágenes y continuaciones. Alcancé a percibir estados vagos, de lejana resonancia en este pedazo de realidad. Alcance a guardarme un poco de ese conocimiento, a robar esas visiones, pero las horas pasaron y mi estado de sopor me truncó el proceso.
Decidí, entonces, concentrar mi pensamiento y mi ser entero, en logar controlar mis vaivenes internos, y me alíe con mi organismo. Lo abracé y le reconocí como mi alma gemela, le acompañe en el trayecto donde juntos logramos ingresar por los senderos transitados, y otros nunca antes notados en mí presencia. Así estuvimos, idos, por un prolongado tiempo, pero al volver a mi vida, lo onírico se desvaneció al instante.
Volví a intentarlo. Alce mi mano, logre mi trance, pero era todo demasiado automático, todo muy falso. Mi cuerpo rechazó ese intento, pues él, al percibir y reconocer otros mundos, alcanzó a comprender que no era ese el pasaje, sino que el otro. Le di las gracias por hacerme entrar en razón y guarde silencio eterno. Hoy lo intento nuevamente, intento experimentar la sensación de hacer. Solo consigo desorbitar mis ojos, los que se dejan llevar por la tentación de ceder ante el primer impulso y no planean continuar con la lectura. Se detienen, se silencian y se duermen. Ayer mi cuerpo era mi aliado, hoy es mi enemigo… (¿Quién caerá primero?)
Es 5 de agosto de 1952 y MarcoAntonio tiene hambre. Ha tratado de mantener su mente en blanco, obviar esos impulsos que le espantan, no quiere volver a caer, pero sabe que es inevitable, que pronto cederá y no será él, será el “carnicero nocturno”, su nombre artístico y con tarjeta de presentación.

Los días se hacen eternos y las noches se transforman en un vagar de espectros. Para aplacar su ansia, ha consumido a cuanto perro y gato se atraviesa por su hogar. Le gusta ver como sufren, descuartizarlos vivos, para luego consumir sus carnes en un estofado exótico. También le provoca éxtasis el saberse más inteligente que los que van tras sus pasos.
MarcoAntonio es un tipo agradable, según cuentan sus vecinos, claro que igual lo miran con cierto resquemor. Se nota que es un tipo inteligente, de repente, demasiado, para un hombre reconocido como enfermo mental. Llega a superar en cálculos mentales al tipo dueño del almacén, que, cuando tiene largas cuentas, requiere su ayuda.
Familiares nunca se le han visto. Siempre esta solo. Su vida, antes de llegar, es un misterio. Nunca ha dicho que hacia anteriormente. Solo saben que fue un antiguo camionero y se le nota, pues sabe todos los puntos del camino y lugares, que según ellos, ni siquiera saldrían en los mapas.
Pero eso es algo sin importancia, lo que realmente vale la pana saber, es que él tiene hambre. Y cuando él tiene hambre, todos sabemos que quizás mañana no despertemos. Y, para calmar esa ansia punzante y en constante aumento, lacera su espalda con un látigo de propia fabricación.
Al otro día, se levanta y al poner los pies en el suelo, ve una delgada línea de sangre que baja por sus piernas. Observa sus manos y la sangre coagulada expele un pesado olor. Este se las pasa por su rostro, como acariciando a un pequeño niño y se las huele. Sonríe mirando hacia el cielo.
La misma noche que las ganas de carne, y no cualquier carne, hicieron mella en la mente de MarcoAntonio, salió de su casa a deambular, sin tener un fin que hacer. Solo sale a cazar. El instinto animal, que aun persevera en personas como él, apaga su parte prolija y la manda a dormir con leones. Ante eso, solo sigue sus impulsos, y el arrobamiento de beber sangre fresca, que para él es como una droga, le apaciguaran por un tiempo. Es como tener relaciones, después de eyacular no quieres más que reventarle su rostro para que te deje dormir tranquilo.
La elección de la victima y la caza fue fácil. Ya sabe como hacerlo y nunca cambiará algo de su rutina, pues se podría complicar y no lograría nada. Al morder el cuerpo ajeno hasta desgarrarlo, lo volvió loco de placer, y, acto seguido, comió el sexo de la victima, lo cual hizo brotar un chorro de plasma caliente, la que bebió como si fuera agua. En este estado de trance, siempre le surgen ganas de defecar y lo hace al lado de la victima. Mierda que se come con la punta de sus dedos y luego se revuelca sobre ella sin saber por que lo hace, pero lo hace. Es algo divino.
Descuartizó el cuerpo y lo guardó dentro de un bolso negro. El resto del cadáver lo enterró a varios metros de donde estaba, y estaba lejos. Luego, en un chispazo de cordura, se lanzó al charco de agua que sonaba a unos pasos, en esa noche tenebrosa y oscura. Se baño y arrojo su ropa al viento, danzo bajo la luz de las estrellas hasta caer rendido. Con una hoja de afeitar hizo una herida en su mano izquierda y se recostó al lado de su presa.
Los restos los depositó en la nevera de su negocio. Con algunas partes hizo carne molida y la puso a la venta, con el resto, una sopa “
reponedora”, para su no imaginaria resaca: Pico la carne en cubitos sobre una tabla y, acto seguido, la echo a cocer junto a una cebolla, un pedazo de zapallo, papas, sal y pimienta y otros ingredientes. Luego tomo reposo por unos minutos.
Se lavó las manos ensangrentadas, corrió la cortina (negra y pesada) para que se aclarara el cuarto. Era demasiado tarde y debía laborar, abrir el negocio y darles su manjar a los vecinos, los cuales no sospechaban nada. Se sirvió su sopa y luego se puso a trabajar. Lo de la noche anterior fue, y nada más. La vida sigue adelante.
MarcoAntonio logro ser capturado varios años después, debido a un estúpido error suyo, algo demasiado degradante como para escribirlo. Fue condenado a pena de muerte, lo que se traduce a fusilado. Antes de morir dijo: “Todo es demasiado fácil, agradézcanme que estén ustedes vivos. De mí depende si alguien continua respirando...”, y murió con siete impactos en el cuerpo y luego de agonizar por casi una hora.
Todo me parece repetido. Todas las acciones convergen en un punto ya conocido, el tiempo retrocede o gira circularmente, no lo sé. Las señas particulares ya me son vividas, el aliento es el mismo desde no sé cuando, las palabras repetidas y los hechos funestos, conversables.

Al parecer toda la pajera rutina me tiene taciturno, medio dormido, con unas ganas irreprochables de hundir mi cabeza entre tus pechos y dejarme vencer por Morfeo. Si, por que el tiempo se ha ensañado contigo, conmigo y con todos. Vivimos un tiempo prestado que es preciso ya, devolverlo. Dejar de gastar la planta de los pies y refugiarse unos con otros.
Tan solo queda echarme en ese rincón y retorcerme el pescuezo, rascarme las pulgas y comer mi vomito, ser un perro, lo que siempre e sido y no cambiará por mas que yo quiera. Tengo la mente sudada...
Olvidar los malos ratos no es cuestión de proponérselo, son imposibles, asuntos aferrados a tu alma, estrangulándola, dándole puñaladas para sangrar un halito de incienso made in china. Descubrir que el reloj avanza y la comida no llega, soportar golpes bajos dados con aquel mazo...
Mi voz esta callada, no quiere salir, no tengo fuerzas ni para ladrar. Solo soy un mísero quiltro que soñó ser perro de raza. Debo recostarme y recibir palos en el lomo, lamer mis heridas y llorar en silencio, bajo el influjo de la luna. No mirar a tu rostro, por que te provocaría pánico y debo aprender a ponerme a llorar cuando no estés.
Gruñir cuando se te acerquen, ser tu perro faldero, provocarte risas y desgracia, morir atropellado... que destino más asqueroso es el que tengo por delante...
En fin, es cosa de sentirse uno más y no muchos, entender que nada se puede cambiar, saber que los clavos del madero son menos pesados que los que llevas en la mano y lo cargas para tu crucifixión. Procura que sea de acero medieval, la más funesta etapa que tiende a repetirse.
Ahora, después de terminar esta escritura, volveré a lo mismo y no lo puedo cambiar... me place lo que tengo y lo detesto con todas mis fuerzas. El remordimiento es falso y la comprensión también, no puedo hacer más. (melancolía…)
Iba por la calle, como todos los días, yendo hacía el centro del globo. Todos se volvían hacia mí para verme. Yo me sentía extraño, tenía vergüenza, a veces me sentía alabado, pero no era ni lo uno ni lo otro. Se me había caído la mano.
Extraño acontecer. La semana anterior se me cayó un ojo y, tal vez, la próxima pierda mi hombría. No sentía dolor, ni lo sentí en el momento del accidente. Cuando veo que todos corren, entiendo el problema.
Una enorme ballena azul pasó sobre nuestras cabezas, estas se creen con el derecho a transitar libremente por la vía pública. Yo fui uno de los precursores para que ellas pagaran patentes para poder hacerlo, pero los grandes señores se sintieron temerosos de su tamaño colosal.
Quizás fue esta la que me arranco el brazo, pero no lo creo. Ellas, a pesar de todo, son pacificas. Tal vez se me había caído cuando un personaje de caricaturas con dientes de conejo, cara de niño bueno, lentes poto ‘e botella y un bisoñé de lo mas sicodélico (o sea, un gran demagogo), pasó frente a mí arrancando de un borrador. Recuerdo que impactamos de frente, y él escupió mi ser indignado por la agraviante.
Detengo mis pasos y observo el moñón. Que estúpido soy. Ahora recuerdo. Cuando me voy a la cama, mis manos actúan por si solas, y esta, la derecha, a intentado aniquilarme muchas veces, como a todo el mundo. Por eso, en las noches me la arranco del brazo. Hoy se me olvido ponérmela.
Regreso presuroso tomando lo primero que venga por la calle, estar sin la mano derecha mientras se transita es una agraviante y merece cárcel, según los señores dominantes. (Me embarco en un avión de papel lanzado por un niño en algún barrio proleta de la gran ciudad.)
El gato del vecino se comió mi mano. Estoy recluso en mi hogar, no puedo salir más. Es extraño, uno lucha por conseguir materiales de catálogos, pero cuando los condenan en su propio hogar, todo les produce insatisfacción, ¿no les ha pasado?
La mano derecha, la que mueve al mundo, es más siniestra que la mano negra. Ahora mi mano izquierda lucha por rescatarme de esta prisión, pero las manos derechas son más fuertes. Sus golpes en la mesa son oídos hasta por un sordo.
Estaba ansioso esperando a su novia, estaba enojado, iracundo, quería encararla por aquella fatal traición, estaba perdido...

La había visto bailando con otro, meneado su cuerpo, entregándose a la lujuria de un baile sin sentido. Los roces casuales pasaron a intencionales, y, como una cosa lleva a la otra, los besos no dejaron de fluir. Estupefacto vio aquella escena, hasta que los dos desaparecieron de su vista.
La llamo hoy para juntarse a las 15:00 hrs. En el lugar que él le expresó su amor.
A ese punto de encuentro se dirigía cuando:


Un niño era zamarreado por su padre, al negarse este portarse bien.
Un perro moría a dientes de sus semejantes.

Una araña cazaba una mosca y miles de células morían y otras se dividían.

Una población entera padecía de hambre y frío, y no tenían otra alternativa que refugiarse en las drogas y entrar en la delincuencia.

En el continente estallaron algunas guerras civiles y otras revoluciones. Los altos mando tomaban el poder y los otros morían decapitados en las plazas publicas.

5 barcos petroleros alrededor del mundo derramaban sus contenidos en los mares no vírgenes, de allí desaparecían muchas especies que jamás conoceremos.

Al otro lado del globo estallaba una guerra iniciada por una superpotencia. Miles de un bando y pocos del otro, desprecian para siempre dejando el terreno libre a los que nacían en ese momento.

La tierra cada vez se oscurecía mas, opacada por la contaminación producida, no solo por las grandes industrias, sino también, por nosotros.

Alguna raza inteligente desapareció en el espacio junto a su planeta y otros sistemas desconocidos y conocidos...
Vio todo eso en su mente y no estaba seguro si estaban sucediendo o no, pero se sintió un estúpido, estaba desperdiciando su tiempo al ir a ese encuentro.

El sol estaba ubicado a su derecha, mirando hacia el norte, y le quemaba su nuca. Dio media vuelta y regresó a su vida.

12 marzo 2008


Alicia en el país de las maravillas, mundos oníricos y drogas lisérgicas. Los conceptos e ideas de personajes, están sacados del libro y uno que otro dato aportado por extraños espíritus a través de la historia. Los universos son confusos, sueños mal dormidos y de brusco despertar. No se quiso ahondar en criterios, solo rasgar la superficie, lo que alcanzaron a ver mis ojos.

1) Introducción de Alicia: una búsqueda de lo que vendrá. Tranquilidad, soledad, vastedad. Muestra esta disposición en el ambiente, por que Alicia empieza su viaje, su desencadenamiento posterior por un mundo bizarro, en una paz sobrecogedora. El hongo, el boleto de viaje. Alicia esta desnuda, y seguirá teniendo frío, pues es un viaje más adulto en otras direcciones. El océano es un mar de lágrimas, llora, pues, quizás nunca regrese.

2) El sombrerero loco: el que animaba las fiestas del té, hastiado de esa bebida, asesinó y almorzó a su amigo “Liebre de marzo”. La imagen es un tanto macabra, pero la intención es que fuera sarcástica y es una descontextualización del relato original, una visión más madura y sin censura.

3) Alicia se aproxima al mundo excéntrico y llega cual sirena, apareciendo desde el mar. Al fondo hay una isla, donde habitan los extravagantes seres del otro mundo. El hongo desaparece, el sueño esta por acabar. Las mariposas en la espalda de Alicia, una insinuación a la oruga azul del libro, la que se encuentran sentada en la cima, valga la redundancia, de un gran hongo.


4) Alicia en el espejo: en su interior esta un personaje mítico que también aparece en libro: la quimera. Este camina en un mundo paralelo, y avanza delante de un tornado, claro asomo de otro cuento maravilloso, “el mago de oz”. El desierto es la vastedad con las horas contadas, el desierto es un gran reloj. Aún transita en campos irreales.

5) Las barajas son personajes que aparecen en la historia, hijos ilustres del pueblo ingles, y por la ventana podemos observar un paisaje: la campiña de la reina de corazones. En el fondo esta el espejo y que contiene la imagen del mentado hongo. Alicia durmiendo placidamente con la muerte acechadora, se fue luego de una sobredosis. Quizás despierte, quizás continúe viajando. Es algo que nunca sabremos por que hasta aquí llega esta historia.

08 marzo 2008

El destructor de palabras.

Pasaba todo el día sentado sobre un cojín que llevaba a la plaza. Varias veces y seguidas, repetía la misma palabra. Llevaba ya 5 años con el mismo ejercicio. Estaba loco.
Cada vez que salíamos del colegio evitábamos pasar por su lado. Temíamos una agresión por su parte. Aunque nunca lo vimos en una actitud violenta. Solo se sentaba y repetía la misma palabra. Desafiaba a las personas y se sentaba en el medio de la plaza. Nunca nadie le dijo nada. Lo dejaban vivir en su mundo.
Él estaba flaco. No comía durante todo el día. Solo tragaba agua que le llevaba algún vecino. Pereciera que alguna vez fue amigo de todos. La barba le llegaba hasta el pecho y el pelo lo tenía con piojos. Nunca se bañaba. Estaba siempre hediondo. Quizás por eso nadie se le acercaba. Vestía una chaqueta de mezclilla azul, que también estaba sucia y hedionda. Pantalones de tela. Pies descalzo.
Le pregunté a mi mamá quien era ese señor. Me respondió vagamente. Mi papá obligó a que me olvidara de preguntas sin un fin productivo.


Un día un amigo contó lo que dijo su madre. Le habló sobre el loco del cojín.

- “Parece que alguna vez estuvo cuerdo. Era un doctor. Estaba casado y tenía dos hijas. Toda la gente le quería, era amable con todos. Siempre tendiendo una mano al amigo. Padre de una familia convencional.
“Pero en casa era otro. Bebía todo el día. Golpeaba a su mujer y a sus hijas. Era un desgraciado.
“Lo que lo llevó al fin fueron las constantes agresiones verbales hacía su esposa y también hacia sus hijas. Les decía que eran unas buenas para nada, unas putas, animales sin futuro, unas estúpidas... que las odiaba por perjudicarle su vida tan joven, por él estuvieran muertas y otras barbaridades.
“Su mujer no pudo mas y se suicido. Sus hijas crecieron y abandonaron el nido jurando no volver a verlo más.
“Al tiempo su mente colapso y se alieno.


Parecía mentira. Una persona tan pacifica era imposible de tamaña brutalidad. Tome una decisión.
Él siempre era la primera persona que llegaba a la plaza, siempre con su cojín bajo el brazo. Esa vez yo fui el primero y lo espere. Lo vi cuando llegó. Tenía nervios. No quería acercarme a él. Me estaba arrepintiendo de mi tarea trazada.
Dejó el cojín a un lado y limpió el suelo donde lo pondría. Se sentó y miró hacía el cielo. De donde yo estaba era innegable que se puso a llorar. Gritó al cielo la palabra ‘familia’’ y luego solo movió los labios.
Espere un buen rato. Tratando de convencerme de mi propuesta. Tragué aire y me acerque tímidamente. No miraba ni decía nada. Quise ser mas decidido y me senté a su lado. Volteó la cabeza para mirarme pero sin dejar de repetir en voz baja la palabra familia. Vi sus ojos rojos, mostrándome con orgullo que lloró.
Me miró buen rato, sin cambiar de posición. Agarró mi cabeza y me besó la frente. Volvió a su rutina. Yo no comprendí lo que paso. Aunque no lo tomé a mal. Me puse de pie listo para irme. Anduve unos pasos y él me pregunta:

-¿Tú también crees que estoy loco?

No supe que contestarle. No sabía que hablaba.

-“Una vez tuve una boca muy grande (me empezó a contar; me pilló desprevenido.) La use para lastimar. Use mi idioma, use lo que nos diferencia de los otros animales, use mi forma de comunicación para destruir.
“Las creaciones humanas solo sirven para destruir. El dialecto nos es la excepción.
“Después que tuve un gran perdida en mi vida, me propuse destruir las palabras. Las más significativas. Las tomo y las repito una y otra vez, hasta que pierden el sentido. Hasta que se transforman solo en sonidos guturales.
“Las palabras como amor, amistad, futuro y paz no significan nada. Al no tener palabras a las que recurrir, también pierden el significado.
“Soy ‘el destructor de palabras’ cumpliendo una orden divina. Soy su salvador, su Mesías, los vengo a salvar.

Se quedó en silencio un rato y luego volvió a repetir la palabra familia. Me marché sin desconcentrarlo. No me parecía ya un loco. Me parecía un hombre que se había dado cuenta de una triste verdad y estaba condenado a cargar ese peso a cuesta.
Les conté de mi charla a mis amigos y estos a sus otros amigos. Al final todos lo llamaban “el destructor de palabras “, y le molestaban.

Me sentí mal el resto de mi vida. Lo traicioné. Me enseñó que cuando uno abre la boca solo lastima. Me fui a los 18 de aquella ciudad por cuestiones de estudio. Cuando regresé ese verano a casa, me enteré que él una noche simplemente desapareció.
(2000)
Yo iba tras sus pasos,
Sin embargo corría muy rápido
Y no pude darle alcance.
Yo me cansé en el camino, me rendí,
Ya no encontraba sentido seguir
Con esta persecución.

06 marzo 2008

Sueño de una noche des-velado

-No les diré mi nombre, por que no les interesa. Solo deben saber que soy creación de un loco. Mi padre... o mi madre. No sé que es. No, no me refiero a Dios, me refiero al que escribe estas estúpidas palabras.
“Me pidió que les contara mi sueño. Algo absurdo de su parte, pues se dice que es uno de los tipos más inteligentes de este planeta... Vaya, yo también pensaría que es Dios.
“Al parecer es un científico del siglo 17 o quizás un vago de estación. Ambas me gustan, me dan prestigio.
“Bueno, no estoy aquí para hablarles de mi señor. Si no de mi sueño. Les pido que tengan cuidado de no difundir lo que leerán. Si es necesario teman de mis palabras, pues no es un sueño ordinario. Es una revelación, lo que les espera, su final. Lo que ustedes han llamado con vehemencia.
“Traté de entender lo que digo, pues, aun yo no comprendo del todo. Proteja lo suyo. Robe lo de su vecino. Tenga provisiones. Será un final terrible...




Escuche un relámpago y fui a su origen. El mundo estalla en llamas. Corrí buscando supervivientes y no los encontré. Estaba solo. Cabezas colgadas en postes formando una cruz. Asesinados por sus propios hermanos. Era una visión vergonzosa.
Gritaron mi nombre y fui a su origen. El parlamento de animales buscaba un culpable por sus desgracias. Lloré al escuchar sus acusaciones. Soy culpable también.
Habían tomado el poder. Se lo merecían. Lo carnívoros no comían a sus aliados. Perseguían humanos. Querían cazarme y me dieron tiempo para correr.
Cayó el sol y fui a su origen. Estaba agonizante. No emanaba calor. Estaba frío. Juró vengarse en su otra vida. Dejé su masa suplicante, pidiendo castigo.
Apareció un hombre y fui a su origen. Estaba desnudo. No sentía pudor. Se presento como el causante de todo. Hablaba en nombre de la raza humana. Dijo que era el señor de las moscas. Belcebú. Su presencia no me causo miedo y su declaración tampoco. Somos seres de maldad pura.
Apareció otro hombre. Se presento como nuestro salvador. Mi alegría fue grande. Dijo que era Dios... o Alá o... Buda... (No lo recuerdo) era nuestro creador. Tenía ambos sexo en su cuerpo. Era hombre y era mujer. Tenía dos voces. Bajo y alto.
Me dijo ven y fui a su origen. Tomo mi mano. El humano blasfemaba e un idioma extraño, no supe cuál era.
Recorrimos lo que quedaba de mundo. Era una mancha en el espacio. Nuestros actos nos llevarán al fin.
5 naves bajaron del espacio y fuimos a su origen.
El humano iba allí. Colonizaríamos otro planeta. Destruiríamos otro planeta. El salvador fue con nosotros.
La tierra que alguna vez albergó vida se volvió un icono de la ambición y el placer autodestructivo de la raza humana. Aun se escuchaba el llanto lastimero de las almas que esperaban su redención. Los 2 seres se largaron en risas.
Cada uno se sentó en una esquina de la nave. Nosotros le rendimos pleitesía. Eran nuestra conciencia. Nuestras verdades y nuestras mentiras. Nuestros temores.
Ambos pregonaban salvación y no fuimos donde ninguno. Los colgamos en el centro. Quemamos sus cuerpos y arrojamos sus cenizas al espacio .Regresamos adonde siempre pertenecimos. Comprendimos que no teníamos salvación.
El planeta explota y forma otro tipo de vida. Fueron un nuevo origen, donde el humano fue apartado para siempre.
(2000)
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