Cariño mío,
te quiero y

no sé debido a qué.

Eres un aroma

imprescindible entre el

ayer y este decir.

Amada,
no me extrañas,

pero eres un rumor

del sur que

me brama
desde

el Buque de Arte,
me lleva al
impreso edén.

Amada Pincoya,

danza y vibra,

luz perpetua,

por siempre y más

( un tiempo atrás)

Profecía:

         " El cielo llora,

Sufre la muerte

De la gran madre.

Hijos del mundo ,

¡Huyan, no miren atrás!

El mal acecha desde

Las profundidades.”

Clementia

Si hubiese respondido a tu adiós ¿los acontecimientos serían diferentes, quizás? ¿comprendiese mejor el devenir?¿Menos malos entendidos? Pero fui soberbio en Mi negación. En Mi miedo. En Mi pena . Cerré los sentidos a la realidad. Mientras tú eras víctima de un macabro enemigo que sin misericordia te alejó.

Aún cuando mi mente refuta lo irracional sé que te sentí durante un sueño. Hasta que vi tu rostro de muerta (rostro negro y agusanado) y supe que todo terminó para siempre. Huí junto al miedo como aquella vez, como un cobarde. No deje que te despidieras por segunda vez. No lo supe aceptar. Totalmente abyecto. No regresaste más.

Si estuvieses aquí me querrías igual, pero sentirías lástima , no por compasión, si no que te hubieses dado cuenta que soy timorato desde mi inicio. No sé como actuar. Sólo me alejo. No me importan los mundos. Me trago los resquemores. Me trago las tristeza. Me escondo del mundo exterior.

recuerdo tiernamente

Dos almas solitarias cruzaron sus caminos por segundos, toda una eternidad. Felicidad eterna, invariable, inalterable. Jamás volverán a estar solos, sus almas perpetúan en compañía mutua, aunque el manto de la ignominia los cubra.

Cada uno siguió su camino, los solitarios deben permanecer así.

¿Sabrá ella que la recuerdo tiernamente?

¿Sabrá que aún la extraño,

que aún la quiero?

¿Sabrá ella que añoro su estampa altiva

y felina que encantó en ventura infinita?

¿Sabrá ella su importancia

para este mundo?

¿Entenderá su grandeza?

Ya no soy el egoísta de antaño,

no tengo ese sentimiento corrupto

de querer estar a su lado,

confío en su grandeza.

Ella es más que TODO,

Es un ideal motu proprio,

Es Veracidad entre tanta farsa.

De sus semillas crecerá

un árbol sagrado.

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Princesa Gitana,

luz oscura fluye desde cobardes rincones,

Buscarán retrasarte,

DETENERTE,

NO decaigas,

NO Obedezcas,

Sé tú, siempre tú.

Aunque nunca más sepa de ti,

tu entereza es para el mundo

No fue y jamas será. Siempre es así. Siempre será así. Los elementos se revierten , retroceden y allí permaneces añorando el roce de su piel. ¿Vale amar, gastar el pensamiento si es que este no se corresponde? Un amor desechado con explicaciones falaces, sin sentido.

El amor no sólo es luz, tiene sombras, oscuridad. Hoy te estimo y mañana te desprecio, pero pasado te lloro inconsolable. Una fábula que sufre por quien no se encuentra. Las intrincadas marañas de los pensamientos.

Todo paso en falso nos condena. Siempre se repiten los mismos errores, una y otra vez. Sin embargo no aprendemos nuestra lección. Condenados por nuestra inteligencia que se nos escurre. Sin duda merecemos la culpa de los incorregibles, los corruptos.

Debería estallar la revolución, una segregación y relegarse en una sociedad utópica. Alejados del árbol torcido que no se enderezará jamás.

Noche torrencial de vino y besos.

Mundos que se alteran y eras que no se corresponden, se unen en una cadena de situaciones que llevan finalmente al ocaso. Los vientos australes trasladan crípticos cantos de congoja. Todo es un paso en falso en la realidad. Todo por enredar los tiempos en este universo. Todo, quizás, por haber bebido aquel vino una noche junto a ti. Quizá no era el momento. Quizás nunca lo fue. Besos y rostros se superponen. Imágenes extraviadas en la memoria emergen como un jurado que acusa sin juicio.

Lo que dices, lo que piensas, lo creen falaz. Un psicótico, un enfermo mental, un pervertido. Eres una triste rareza que camina sin rumbo. Un pusilánime, un poca cosa. Convertido en pensamientos que no quiere recordar.

Pensar en ello da la sensación que la realidad es invariable, sin cambios. Pero es todo lo contrario, siempre se puede alterar incluso más el caos imperante.

Comienza la película.

Medio día. Fábrica abandonada. Vehículo amarillo. Dos personas conversan dentro del automóvil. Fuma un cigarro cada uno. Beben cervezas.
Y luego balazos.
 Un tipo cae muerto al lado de la puerta del conductor. El asesino se acerca y dispara a los 2 testigos. Balbuceos incompresible aumentan la tensión y el miedo, aún mas si todo suena horrible.
Título en letras rojas se aproxima al espectador. La pantalla se vuelve negra mientras empieza a sonar una canción de los 70’s.

Cree que me miente, pero yo dejo que así lo piense. Ser su experimento, una pausa en la inclemencia. Utiliza la confianza para herirme, pero no me duele. Los sucesos son iterativos y las personas somos predecibles. Ya lo sabía, yo lo tenía más que claro. No me arrepiento, toda mi entrega fue verdadera. Nunca fue vedado. Sólo queda el suspiro del amor que no fue en vano.

Una canción de despedida

Traté de escribir un cuento para entender la canción que no terminó, pues la persona que la escribió murió por excesos. Pero mi mente no encontró las palabras y dibujé imagenes en un cuaderno que eran símbolos de despedida.
La canción relata una muerte, silogismo del adiós. Nunca existió tal final y la terminé con una canción de Sabina.
Un sueño extraño, sin duda. Al despertar todo se olvida rápidamente.

Otra noche. Otro día. Otro tiempo más. Aquí estoy extrañándote estúpidamente.

Queriéndote. Queriendo tu imagen. Queriendo tu mente. Queriendo tu voz. Queriendo tu piel sudada. Quiero comerte. Quiero desnudarte. Quiero hacer el amor. Quiero que follemos, mi actriz porno. Quiero que tiremos a contra luz. Quiero tus orgasmos susurrados al oído.

Deseándote. Desando sentir tu pelo recorrer nuestros cuerpos. Anhelando tus besos, tus entrañas, tu vientre, tu desnudez, tu dulzura, tu congoja. Acabar en ti, amor. En tu cuerpo, en tus pensamientos. Sentir tus besos suaves, sentir el vaivén de tu cuerpo agitado que me aferra a tu interior como tanto gustas. Turbarme con tu boca recorriendo mi cuerpo. Tus gemidos me estremecen. Me calientas tanto

¿Por qué, cariño?