Toda
mentira es sagrada,
Asesina
invaluable a la cuál no temo,
entregándome
a ella fácilmente.
Por
el contrario
Eres
tú quien divide un aquí,
un
allá,
suplicio
que te sacude
Mientras
yo te sigo victimando.
No
es cuestión de quién es el cazador,
Quien
es la presa,
Es
el ciclo interminable del
Contacto
humano,
Te
necesito y lo sabes.
No
soy un algo,
Una
cosa que esconder,
No comprendimos
ni
cuándo empezar ,
ni
como terminar.
Pero
nunca quisiste
el
Inmenso candor de amantes,
De
entendimiento oculto.
Extraña
tu forma de evitar el círculo,
De
mortificar los días
Con
tu ausencia santa
Para
un creyente devoto.