05 octubre 2009

---

Un tiempo, vida, que no tiene que ver con cosas del presente, si no que hechos anteaños, una vida pasada, cariño, sin lugar en el presente. Nada más abrir el corcho saltó la espuma sobre tu rostro, desembarcado casi inmisericordemente sobre tus senos descubiertos. …

No es por pensar en recuerdos mustios, pero regresan simplemente cuando estoy bajo guardia, arrimándome sobre mi cuerpo sin fragor juvenil, carcamal y un cerebro pensando en cosas que no debo pensar.

Llantos que ahogan momentos que no regresaran, momentos de felicidades perecederas, momentos extraños de tumbos bruscos donde no sé cual piso me llevará a la realidad que vivo. Inconvenientes que me guían lentamente hacía una superficie desde hace tiempo irreconocible.

¡Oh, antiguos hombres que cantan a mis oídos, aquél ciego les haría desaparecer en un instante! Por viejas batallas en momentos conspicuos, apelaría al presente por situaciones que no se deben relatar.

¿Quién pensó alguna vez que la alegría se convertiría en llanto amargo?

Desollando planos arcaicos que no se pueden relatar, momentos imperfectos, conversando con una almohada ajena, desprendiendo bosquejos del continuo vivir.

¡Oh, fatalidad incurable, que sumerge al alma invicta de dolores cancerígenos! ¡No hay momento donde transfigurar el rostro de tu desubicada quietud!

Marchamos por donde no nos pertenece, caminamos siguiendo una luz inalcanzable que nos guía por un camino que palpita en nuestras mentes, que nos sumerge en un dolor de cabeza que solo el sueño puede mitigar.

Vamos, que no hay retroceso, cada paso debe ser un avance superior, subimos la escala, no descendemos, cariño. Vamos que tras la puerta del cobertizo espera un gran manjar. Aquí huelo los bocadillos: frambuesa, cocadas y pasteles embadurnados en manjar.

L a lluvia desciende, ya no escuchas golpear su tic-tic-tac. La luz salió, es tiempo de jugar.

pd: aunamiga.

Licencia Creative Commons
Este obra está bajo una licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.0 Chile.