Huichitl)
Lunes: La mañana transcurrió lentamente, veía pasar a Ofíro desde
mi despacho mientras ansiaba poder estar con ella otra vez. Le envíe
un mensaje con mi secretario personal, pero su respuesta fue que ya
no era posible seguir viéndonos. Su respuesta no me hará desistir y
conseguiré que me ame como a ningún otro.
Martes:
Logré dar con su paradero gracias a mis hombres de confianza. Toque
a su puerta y salió su criada a recibirme. Algo torpe por mi
presencia, ella trastabillo y casi cae al suelo, pero fui rápido y
pude sostenerla evitando un golpe en su cabeza. Fue a avisarle a su
ama, quién se hizo esperar demasiado para mi gusto, pero la
necesidad de su contacto me obliga a guardar compostura y
desentenderme de sus actitudes. Al observar su casa note su refinado
gusto. Obras de arte adornaban su salón y un gran retrato de ella en
su juventud tapizaba su biblioteca. Porcelana de las tierras de mi
hermano Grindel bordaban los rincones y el centro del lugar. Me quedé
un rato deslumbrado por las finas piezas que posee mi querida Kala
que no me había fijado que ella llevaba varios minutos observándome
en silencio. Nuestra tarde fue de un conversar sobre el mundo y
nuestros viajes por este, bajo la compañía sublime de un intérprete
que reproducía viejas piezas musicales de la fenecida Calché.
Miércoles:
Cuándo regresé a mi hogar está mañana, mi esposa estaba sentada
al lado de la ventana mirando hacia la nada ¿Cómo explicarle que
amaba a otra mujer tanto cómo a ella? Mi primer amor, mi compañera
de años inmemoriales jamás podrá ser arrebatada de mi corazón.
Dulce Masé, nunca te separarás de mí, estaremos juntos hasta que
la muerte nos liberar el uno del otro...
Jueves:
Kala me dio la respuesta que buscaba. Debo buscar la forma de
decírselo a Masé.
Viernes:
He pensado mucho sobre lo que acontecerá y creo que aún no es
momento de que mi adorada Masé se dé por enterada. Debo guardar un
tiempo más en tanto hago los preparativos para mi segunda unión.
Hoy iré a ver a Kala. Le entregaré la vieja reliquia que perteneció
a mi madre, la sagrada Makiel, para que así pueda ser parte de su
valiosa colección, como legado por nuestros lazos pronto a contraer.
Sábado:
La juventud de Kala me despierta al joven que aún hay en mi. Su
manera de retorcerse y entregarse al placer de la carne me quita el
aliento de solo recordar. Las veces que hacemos el amor no me deja
exhausto, al contrario, quiero más y más. Fundir mi cuerpo con el
de ella, vivir de un placer eterno, que no tenga fin. Alejarme de su
lado se me hace cada vez difícil. Ansío el momento en que esté
conmigo por siempre.
Domingo:
Hoy, después de un fin de semana con mi amada Kala, regresé a casa
buscando la excusa que contarle a Masé y poder así escapar la
semana entera con Kala para gozar la semana entera. De mi refugio en
la costa. Sin esperarlo, funcionó.
Masé)
Lunes: Desde hace tiempo que sospechaba de Huichitl. Al comienzo de
la semana logré ser testigo, sin quererlo, de como enviaba un
mensaje a su nueva conquista. Dejé pasar la acción sin mostrar
ningún atisbo de saber la verdad. Compartimos un plácido
intercambio de ideas: Él me contó que su hermana, la princesa Hibe,
estaba preparando su boda. Yo le pregunté si en la tierras de su
hermana existía el consentimiento de contraer nupcias con varias
parejas a la vez. Sin embargo no me respondió. Me abrazó y me besó,
diciendo que me amaba. Sus palabras provocaron serenidad a mi ser.
Martes:
Esa vez salió muy de mañana. Hizo preparar el carruaje cuándo
desayunábamos y siguió nuestra conversación como si nada. Cuándo
salió estuve pensando todo el día en que momento me diría lo que
le estaba pasando. Estimé que en esos momentos estaba visitando la
capital y ver los problemas de nuestra gente, pero al llegar la noche
y ver que no llegó a dormir me confirmó la sospecha. Recuerdo haber
llorado sin cesar y no pude conciliar el sueño.
Miércoles:
Sin dormir durante toda al noche, juré que sería la última vez que
lo haría. Que era mi derecho ser una persona que pueda disfrutar
cómo él lo hace. Estaba yo vislumbrando mi actuar futuro, cuándo
llegó el heredero Huichitl, el hijo de la sagrada Makiel, pero el
más mundano de sus hermanos. No dijo nada. Se sentó mi lado y me
comenzó a observar ¿con culpa quizás? Fue así, de improviso, que
tomo mis manos, me levantó de la silla y me tomó en brazos. No
recuerdo cuándo fue la última vez que mis orgasmos fueron tan
verdaderos como aquél día.
Jueves:Huichitl
se puso una de sus prendas más fina y me hizo llamar con nuestra
sirvienta Carba para que bajará al salón de comer. Tenía una
sorpresa para mi preparada. Algo quería decirme, pero no se atrevió.
Conversamos de todo, pero no sobre lo que provocó aquella velada
especial. Dialogar con él es algo a lo que jamás podre´renunciar.
Sus divertidas elocuciones, su entretenida forma de relatar historias
que me pueden distraer hasta entrada la madrugada sos momentos que
nunca podré abandonar.
Viernes:
Salió al medio día aquella vez. Llevaba consigo una caja de madera
labrada por los artesanos de su hermano Grindel. Note el modo en que
se aferraba aquel paquete y lo acariciaba suavemente. Luego supe por
parte de Darba que llevaba una tiara de su legendaria madre. Que la
divina Makiel me perdone, pero su hijo es un necio. No avisó que no
llegaría. Debo decir que lo esperé, pero mi palabra es sagrada y no
derramé lágrima alguna por él. Esa noche dormí cómo una pequeña
niña disfrutando de la dimensión de mi lecho.
Sábado:
Todos los criados me miran y cuchichean a mis espaldas. Creen que yo
no sé que sucede con las andanzas de mi esposo. Los invité a
compartir conmigo y hablamos sobre sus vidas y las asperezas que
sufre la sociedad civil. Hay peores cosas que preocuparme por un
matrimonio que ya no es el de antes. Sigo amando a Huichitl, jamás
lo dejaré, pero su nuevo afecto está recién floreciendo y le
llevará un tiempo hasta que termine la etapa del enamoramiento.
Pasada la mañana el cochero me llevó por algunos espacios
desconocidos por mí a petición mía. Una idea lujuriosa paso por mi
mente cuándo deambulábamos con el coche por un páramo, pero no lo
lleve a acabo esa vez aunque no niego que quizás a futuro. A pesar
de todo este fue un día que me destapó los ojos y pude entender
situaciones que antes no habría advertido.
Domingo:
Llegó sin dar excusas y se marcho entregando las más absurdas.
Aquél fue el día en que pude confirmar todas mis sospechas a leer
el diario personal de Huichitl que me entregó Darba. Kala se llama
su nueva mujer. Recordé que la vi un par de veces en el pasado,
cuándo asistimos al concierto del Jitún Gracobita, Anky. Ella fue
con su difunto marido, el juez Polejs. Una mujer joven, Alta y
morena. Reconocida por sus Obras de caridad y su apoyo a los artistas
locales. Después de todo, Huichitl hizo una buena elección.