Para
ti fui un punto,
Un
paso, una estela en el tiempo,
Un
borrón sepia que se diluye.
Par
mi, tú eras la luz del camino y se me ha apagado por siempre:
Caminé
por lúgubres laberintos
Envuelto
por luces turbias,
Sombras
de tu desidia me cortaban el paso
Y
no pude alcanzarte jamás.
Te
escuché cantar en la distancia
Y
escuchar tu voz fue un baño tibio,
Una
infusión aromatizada de la Araucanía,
Hada
Morgana.
El
silencio bloqueó mis sentidos
Mientras
viajaba inmerso
En
tu sopor…
Mi
sueño fue verdadero,
Vi
el mundo,
La
eternidad y
La
muerte.
1 comentario:
Que no se acabe tu tinta
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