Tú: Te quiero más que mil soles de invierno. Que sueñes bonito
Yo: Quizás soy necio por decirlo, pero te extraño. Quiero vivirte.
Apadrinado por el amor nació nuestro idilio, y en la misma pasión terminó.
Es lo bello de nuestra fábula, no existió espacio para el rencor.
Y al correr del tiempo yo la sigo queriendo. Espero que mis palabras viajen hasta su pecho y se disemine la energía y aliento que siempre tuve para ella.
Si decae se pondrá pronto de pie y cuándo está arriba es Luz en el camino.
Abrázala y ámala.
No hay comentarios:
Publicar un comentario