Voy contando los días en mi extensa travesía por
el camino azul, el que siempre corrige mis preguntas y obliga a que me sienta
un estúpido delante de otros. Por la casualidad de este instante, me encontré
con roedores, pero no ratones o algún parientes por igual, sino que roen
y ¿qué es lo que roen? es la pregunta del millón. Solo esnifan y esnifan un parásito verborreico mezclado con pequeños gorgojos que estaban tratando
de darme alcance.
Apaga la radio, prende la mente y no
sintonices mas que los aportes que proyecta el espectro, expresar corrosivo y
enjuto que me proporciona el alimento
diario que quiero tener por siempre, para no dejarme caer en los pesados sueños
que no pretenden mas que competir por quien se lleva el premio y no disfrutar de
lo que existe realmente, que no es paz ni lo contrario, sino un incongruente escrito
definido por el alcohol.
Contemplando el horizonte, lluvia que cae y vuelve
a caer, son mil momentos que no se cantarán y vientos que no puedo descubrir.
¿Por que el empeño, alma mía? ¿Por que tus
signos ciertos que no quiero saber?
Me castigas
y me destruyes, es tiempo de no sobrevivir en el camino que lleva a lo
lejos;
Por el
camino que quiso poder de oscuridad
_ _ _
Solo,
solo, solo, por todo lo ancho,
Mira
como construir es obra suya, abrazo que trae
la luz
¿Por
qué tal perfección? ¿Por qué tan surrealista?
Los caminos
vibran, con juramentos que tienen sed,
Y que
escupen en lo que yo me contemplo, fantoches de muerte y poder.
¿Qué
será lo que no palpita?
¿Que es
lo que no oigo?
No es más
que la fachada marchita,
Lo que
la suma me dio al nacer.
Duros
en mente, arrepentir, sin mente,
Dolo al
dolor que antes había, que es nada preciso de la historia.
¿Qué es
lo que yo pretendo construir?
Se
ahoga, se hunde y se extingue,
Amontonando
necesidad y la circunstancia, muralla en la ida que coser, que no ha de vivir.
Pulso,
pulso, pulso…
(escrito en otra borrachera hace varios años. Lo encontré)
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