La gárgola se abalanzó
velozmente a través del agujero marchito contando con el porvenir futuro
sacrílego del tiempo venidero autóctono, monótono y circunstancial de la vida misma
delictiva y pedante del característico genocida y romántico del pasado tras el
cristal rojo y oblicuo, palpitante, rotulado ejemplar magro conocido por los
señores oscuros lascivos del pernicioso ósculo que sentenció al percance de 5 tigres
anaranjados que danzaban bajo la luna negra de 8 patas, culo rosado y
polvoriento noctambulo, preámbulo enlutado y encarnizado constante preciosista
que contiene medio millón de arácnidos enfermos suprarrenales de poder maldito,
retrogrado y viene para acompañar al frío método del caliente verano que se aproxima
a enturbiar las tardes de la buena suerte sin dejar de llamar al alma de la
vida oscura, maliciosa, cochina, artera, sin sentido escrito, planeando de antemano
para producir efectos colaterales de mala intención, colmado de metal sin
dientes que escupe fuego al mortuorio capitel empinado sobre la cúpula azul del
domo y antes de la saliente mano socarrona y blanda de la fragilidad que se
mece como niño santo en la esquina de los burdeles, tratando de no encontrar
mas que la simpática presencia acorazada de la tertulia ajena de triste payaso,
cristalizado en el éter envuelto en diarios para el desayuno nutritivo de leche
y mil candente sin querer dar luz más que a su ego que tortura al espíritu sin
sentido aparente, no queriendo dejar que estos vivan solos su experiencia de la
existencia narcisista y conglomerada con sus amigos marranos y con antepasados
de cabello grasientos por un jarro de silicona, respetando el volumen con ayuda
de la flama verde y roja de pasión querida, amada, adorada, adornada mujer fresca
de candente silueta platina, de estrellas plegadas con tonos simétricos y
volumétricos dorados para ver más y no perder la vida que tengo, donde tú
también dejas pasos marcados sobre el asfalto elegido para seguir tu camino, encontrándonos
para intercambiar cosas, mas no puedo, por que la mitad de lo que poseo es falso, el resto no esta aquí,
sino que más allá, donde los ojos
codiciosos del hombre no se acercan jamás al jardín esmeralda, utilizando
apenas brezos de pan de campo, ortogonal y cuadruplicado en su base para dar la sensación de fatigues que
experimentan al dejar la familia tranquila ,y, sin embargo, creo que todo debe
ser azul y rojo y verde y amarillo y negro y marrón, colores correspondientes a
los deseos marchitos del andino amigo que enciende con su lápiz los candados esfumados
por el calor que existe en el interior del relámpago con antorchas de sangre
que buscan marcar un camino recorrido por siglos y que somete al destino para
desgarradores suplicios por la encarnizada y malévola venganza del paraíso
original que busca encontrar los tesoros ocultos del corazón del hombre- bestia,
más bestia que hombre, carente de sentido, los cinco estados latentes para degustar
el vino del coraje y sal del espanto que sugiere que el mar es negro y la tierra
plana, redondeada a causa del peso del poder existente en las mentes del
existencial creador y dador de formas prensiles, que deja la cola y calza su mano
en la liana obscena para jorobar a tu amante patria, padre, madre, familia,
perros, gastos contados con la misma moneda exaltada y pisoteada con las ganas
potentes de los mártires del esclavista promiscuo y fornicador, si que sepa
quién es quién, los que visitan la tierra para que la vida siga tranquila y no
nos demos cuenta de nada, así como la bola santa que cae otra vez para que
sigamos el ritmo de esta cadena de pensamientos…
( Automatismo psíquico 2007)
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