Alguna
cosas son invariables, no perecen. No es sexo, no es compasión, no
es beneficio.
El
desprecio condena a inanición. No revertiremos lo que está roto, es
mejor dejar fenecer.
El
rio del tiempo se detiene y la muerte es su único escape, no
desesperes que llegará tu turno.
Ya
no hay saludos ni despedidas, ser errante: sin espíritu, sin aroma,
sin vida.
Eres
el ostracismo de lo que no queríamos, la mentira de los actos, la
mentira de los sentimiento.
No
hay hasta luego, no hay esperanza.
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