A través del espejo roto,
Me observo infinitamente,
Trato de saber cual es el verdadero yo.
Soy cientos y ninguno.
El piso se detiene, y escucho mí respirar,
Profundo y lento.
Un ave lleva un camino sin camino,
Con su presa firme en las garras,
Lo veo a través del cristal y
Me asombro de la naturaleza.
Todo lo observó con algo delante.
Solo veo lo que quieren,
No lo verdad.
Aun no comprendo que nunca comprendo,
Cierro mis ojos y abro mis oídos.
La vista engaña,
Me asombra la naturaleza.
La última copa me borró,
Hablé porquerías y luego no supe más.
El ser me escuchaba inmutable,
Mientras le hablaba sobre la muerte.
Asfixiado comprendí su naturaleza
Y el miedo que le tenía.
La etapa inerte de mi vida fue la mejor,
Aprendí nada y luego caí de golpe.
Mirando el mar desde lo alto,
Al lado de la ciudad,
La luna se refleja en él y tiende su camino de plata.
Sus besos humedecen mi sequedad ortodoxa,
Sus abrazos protegen lo que desconozco.
Me niegas lo básico,
Mente retorcida y calenturienta,
Mojigata de pacotilla.
Agarré el cinturón y lo aferré al cuello,
De rodillas, la nubosidad desapareció.
Restos esparcidos del cuerpo rebanado.
No lo vi, pero creo que sonreía,
Mientras le molían a palos.
La mariposa se posó en cada cabeza,
Durante el funeral de mi abuelo.
Eran cuatro, al volver solo uno.
Miento sobre mi vida,
Mientras me apoderó de la tuya.
La memoria es frágil,
Se diluye en un pequeño pozo.
Vomitas todo lo tragado,
Aunque lo puedes volver a comer,
Prefieres cosas nuevas.
Me golpeo la cabeza,
Tratando de imitar al de la tele,
Mientras injuriaba contra alguien.
Desperté con pena.
Huí de lo que temía
Y temo lo que encontré.
Las marcas en la piel las oculto,
Guardo rencor difuso.
Latente, pero en extinción
Recé y lloré por el milagro,
Poco a poco comprendí.
Caminamos sin miedo,
Vigilados por muchos ojos.
Aplasté al muerto, realice un rito.
Lloré abrazando al muerto,
Realice un rito.
Realice un rito cuando vi al muerto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario