02 abril 2019

Una despedida

Mira mis ojos y vislumbra el amor infinito que brota por ti y que no ha fenecido. Nuestros caminos son tan diferentes que deben continuar así. Sólo acércate, siénteme, bésame, abrazame tan fuerte que nuestras almas se fundan. Tan fuerte que el sonido, las luces, la gente, el alcohol y el humo del cigarro no se perciban ni como rumor. Bésame otra vez, bésame otra vez: lo necesito. Estoy nervioso. Me siento tan estúpido, mi corazón quiere explotar mi cuerpo, mi pecho duele.
Te he extrañado tanto y esta será la última noche. Disfrutemos. Somos mejores amigos. Somos grandes amantes sin que el sexo se manifieste. Nos amamos y es lo importante. Yo te quiero. Tú me quieres.
Bebamos de la amarga delicia. Que nuestras miradas se encuentren en el punto establecido. Quizás solamente nos miremos toda la noche y con ello nos diremos todo.
Sí, abrazame y no me sueltes. En esta gris ciudad, me siento perdido sin ti. Se hará la luz, cantarán los pájaros. Tú tendrás que irte, pero seremos más que ayer. Te perderás en la niebla de la gris ciudad como una sublime aparición fantasmal que me visitó. Y yo te miraré partir, pero esta vez será diferente. Ya no te vas simplemente, apagamos nuestro anatema. Sabremos que nos queremos y nada mas importa.

Es lo que nos faltó, nuestra despedida. Si, el adiós, el último. Nunca tuvimos espacio.
Nuestra despedida volverá a iluminar Concepción y será la que siempre fue. Nunca debió experimentar la tristeza por ser testigo de un relato de amor trunco.

No hay comentarios:

Licencia Creative Commons
Este obra está bajo una licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.0 Chile.