02 abril 2019

Uno cosecha lo que siembre, es un realidad.
Muchas veces, por terceros o por complicaciones externas, nuestra vida puede verse afectada: Deteriorada o mejorada. Sin embargo, es cierto que muchas veces se comete el error de elegir mal. De caer otra vez en lo mismo, de ratificar que el humano no aprende ni cambia.
Puede alterar lo que no le pertenece por ventura: Puede dejar de fumar, pude dejar de beber. Muy pocas veces cambia el individuo: la infiel siempre será infiel, el agresor siempre será agresor, el ladrón siempre lo será. Y así. Saca tus propias conclusiones.
Si quieres hundirte, hazlo, pero asume lo que está sucediendo. El idilio no existe, es un cuento de hadas. El idilio no existe, es falaz. Siempre, siempre volverá a lo mismo. Con todo lo que conlleve.
 Si es que se saca la careta mostrándose tal como es ante ti, en lo bueno y en lo malo, y ves que lo malo para ti es doloroso, que puede causarte hasta la muerte, toma precaución y huye. Piensa bien lo que haces, no cometas errores y sé parte de aquellos pocos que aprenden, que cambian.
Pero cierto es que la humanidad padece la estupidez como enfermedad. Sólo unos pocos se dan cuenta de las dimensiones de la realidad. Lo que lleva a convivir, sobrevivir, vivir y pervivir. Muchos creen en el idilio, sobre todo en esta sociedad consumista de pura mierda actual, que ve todo bonito y creemos que estamos en un sueño. Pensamos que este es el mejor futuro que otros imaginaron. Faltaron los autos voladores.
No, las personas no cambian. Al menos que sus mentes se perviertan en raciocinio, puedes ir olvidándolo. Estupideces espirituales y religiosas, sólo es auto-represión. Unicamente el conocimiento los hará libre.

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