Ansío tocar tus
manos,
acariciar tu piel y
decir -¡Te he extrañado tanto!-,
libre de la feraz
indiferencia.
Ella no está,
se fue, desapareció,
es un sueño nada
más.
Ansío ver tus ojos
,
ver tu sonrisa,
oír otra vez mi
nombre en tu boca,
que cuando lo dices
creo no merecerlo y
todo se me hace
imaginario.
Estoy oculto en el
éter,
abandonado en el
vacío,
siempre acompañado
de la fiel
melancolía.
Ansío que estés
aquí,
presente,
nos saludemos
afablemente
y me digas que estas
bien,
que la realidad ha
sido benevolente.
El tiempo ya pasó,
permaneces en mi
cuerpo como un tatuaje,
mujer idolatrada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario