Luis esta sentado
elucubrando que escribir. Se ha desprendido de todo lo que lo
convierte en quien es y allí esta sentado sin hacer nada, siendo
consumido por el cosmos lentamente. Él permanece sereno, pensado ¿En
qué favorece pensar, idear o cuestionar?¡Nada! y allí está
sentando con la mirada perdida. Solamente un susurro de su voz
recorre la noche y el tiempo, confiando que ella lo advierta:
-¡Te quiero!-
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