Guiños indiscretos y toques furtivos, pronto todo se saldrá de madre. Se avecina un vertiginoso final. Tomada de la mano junto al pequeño, lo carga en una máquina y bebe ante todos su saliva entre risas. El cuerno de la frente busca escapatoria, la estimula entre sus pelos. La mira y ella le conversa. Se le aproxima cautelosa tras el cristal. Ronda a su presa sobre sus ruedas. El tiempo corre y ellas pertenecen, son un clan.

¡Rostro y tendencia, gratis! Le llama y luego le patea. Le hace dar vueltas y mira su trabajo mientras se aleja. El ruido no provoca disturbio en la música junto al trinar de los pájaros, alejando de un soplo las moscas chupadoras de sangre.

¡Nuca más!